La pretensión del proyecto
deportivo que tratamos de llevar a cabo y del equipo de trabajo elegido para intentar conseguirlo es la de hacer
una
escuela en todos los sentidos.
Una
escuela con todas sus connotaciones y con todos los aspectos que de estas dos
palabras se desprenden. Para ello, todas las partes implicadas, empezando por
el equipo técnico, la directiva, los padres y en último término, los niños/as como los beneficiarios últimos y
a los que se orienta todo el proceso, tienen que confluir en una misma idea y
filosofía de acción. Deberá aportar todo lo que pueda y deba para formar,
dentro de nuestras posibilidades, a personas y hacerlas inteligentes y
reflexivas tanto en la vida y convivencia en grupo, como en el deporte. Nuestra
escuela debe convertirse en verdadera escuela de convivencia en la que jugar al
fútbol sea una forma de vida.
Nosotros entendemos que el fútbol es útil para instruir a los niños y
por eso debemos contemplarlo de una
forma muy seria y profesional tendente al desarrollo integral de este. No todo
puede ser válido para conseguir un resultado puesto que tratamos con personas.
Practicar fútbol es una forma de jugar socialmente, de jugar con los demás, de
compartir, de oponerse deportivamente a un adversario bajo las directrices de
un reglamento cuyo cumplimiento y respeto no va reñido al triunfo.
Triunfo, que además de deportivo si se
dieran las circunstancias para ello, de forma prioritaria queremos hacerlo
personal. Que el jugador de la Escuela de Fútbol Base de Los Llanos realice un
juego creativo, que sea capaz de integrarse en un grupo, compartiendo
obligaciones, responsabilidades e ilusiones con sus compañeros, que haga suyos
los valores propios de la escuela. Y todo ello disfrutando mientras se juega.
Que sea capaz de adaptarse a las situaciones motrices que se le plantean en el
juego sacándole el mayor partido en el fútbol y que traslade todos esos
aprendizajes positivos a su propia vida fuera del ámbito deportivo.
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